martes, 3 de febrero de 2009


Podría haber sido un gran escritor. Pero indefectiblemente el fracaso se esmeró en seguirme y a donde sea que yo iba ahí estaba él. Iba al supermercado y ahi estaba, comprando un desengrasante. Iba a la carnicería y ahí estaba comprando un kilo de cuadril, iba al Video Club y ahí estabaalquilando "Incorregibles". Iba al teatro... y ahí estaba... viendo "La Paranoia". Hasta que un día estabamos sentados a la mesa, a punto de cenar y apareció. Derribó la puerta de una patada y se metió como si fuera su casa. Comió nuestra comida, bebió nuestra bebida y hasta incluso... durmió en nuestras camas. Y así, pasó a ser uno más de la familia.

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